Por supuesto, la Triada de la Vida es un concepto fascinante que nos invita a reflexionar sobre nuestra prioridad y cómo abordar nuestra existencia desde una perspectiva integral.

Desde temprana edad, somos bombardeados con mensajes sobre la importancia de alcanzar logros materiales y sociales: obtener títulos, conseguir trabajo, formar una familia, adquirir propiedades, entre otros. Sin embargo, ¿cuántas veces se nos ha hablado sobre la importancia del SER?

El SER, está compuesto por nuestros pensamientos, emociones, lenguaje, cuidado físico y espiritual, constituye el núcleo esencial de nuestra identidad y bienestar.

Es fundamental que aprendamos a poner en primer plano esta dimensión profunda de nuestra existencia, pues vivir exclusivamente para el HACER y el TENER puede resultar en una inversión deficiente en nuestro capital de salud y sentido de vida.

Desde que somos niños, nos han enseñado a vivir desde el HACER para TENER, olvidando la dimensión profunda del SER.

La Triada de la Vida es una reflexión profunda sobre esta cuestión, invitándonos a explorar las dimensiones esenciales de nuestra existencia: Mente, Cuerpo y Entorno.

Reconocer y gestionar nuestros pensamientos, sentimientos y emociones es crucial para nuestra salud mental y física. La práctica de valores nos guía en la toma de decisiones y en nuestras interacciones con el mundo que nos rodea. La mente es un jardín que requiere de valores conscientes, cuidado y atención constantes.

El lenguaje juega un papel crucial en la manifestación de nuestra identidad.

Tanto el diálogo interno como las palabras que compartimos en público reflejan nuestra esencia interna. Es fundamental prestar atención a la forma en que nos expresamos, ya que impacta directamente en nuestra salud y bienestar. El lenguaje es la herramienta con la que damos forma a nuestra realidad.

Recordemos, el cuerpo, es ese templo que alberga nuestra esencia. Escuchar sus sensaciones, síntomas y señales es fundamental para mantener el equilibrio y la armonía. Cada dolencia, cada malestar, nos habla en un lenguaje silencioso que requiere ser interpretado con sensibilidad y atención.

Cada síntoma es un lenguaje que requiere interpretación.

El cuerpo es el vehículo que nos permite experimentar el mundo y debe ser tratado con el respeto y la gratitud que merece.

Nuestro cerebro, como órgano social, está intrínsecamente conectado con el entorno que nos rodea.

Las relaciones saludables y los hábitos de vida positivos tienen el poder de activar genes relacionados con la salud, mientras que un entorno negativo puede desencadenar desequilibrios y malestares.

El entorno es el reflejo de nuestro SER y debemos cuidarlo con diligencia y responsabilidad.

En resumen, la Tríada de la Vida nos invita a abrazar una perspectiva holística de nuestra existencia, donde el SER ocupa un lugar central y primordial. A través del cuidado consciente de nuestra mente, lenguaje, cuerpo y entorno, podemos cultivar un estado de bienestar integral que trascienda los límites del mero hacer y tener.

Es hora de darle la vuelta a la tortilla y priorizar lo que realmente importa: nuestra salud física, mental y espiritual.