La Melatonina desempeña un papel fundamental en diversas áreas de la salud, como el control del estrés oxidativo, la salud mitocondrial, la prevención de la demencia y el mantenimiento óptimo del estado neural.
Se ha observado que la exposición regular a la luz durante la noche dificulta la adecuada secreción de Melatonina, lo que puede aumentar la facilidad con la que aparecen, crecen y se propagan los tumores.

Mantener una buena higiene del sueño, evitar la exposición a la luz azul mediante el uso de bloqueadores de luz azul y neutralizar las pantallas puede ayudar a preservar la síntesis de Melatonina durante más tiempo.

Esta hormona actúa como regulador epigenético con propiedades antioxidantes en el sistema nervioso central, siendo antiinflamatoria, antihipertensiva, antineoplásica y beneficiosa para el desarrollo fetal.

Los terapeutas deben ser un ejemplo para sus pacientes al utilizar tecnologías sencillas, como gafas que bloquean la luz azul, reorganizar el horario de actividades diarias y considerar el consumo de Melatonina para promover la salud y el bienestar.

La Melatonina tiene un poderoso efecto al capturar los radicales libres, que son altamente tóxicos y dañan el ADN, provocando enfermedades degenerativas, autoinmunes, inflamatorias y oncológicas.

De hecho la luz de la noche está incluida como carcinógena por la organización mundial de la salud. Se ha visto que existe una mayor incidencia de cáncer en los trabajadores nocturnos, o con alteraciones en los horarios (muchos viajes transoceánicos).

Esta peculiar hormona atraviesa las barreras biológicas, ingresando al tejido neural y a las mitocondrias de las células gliales, donde estimula la cadena respiratoria aumentando la producción de ATP.

El efecto de la Melatonina en las mitocondrias es clave en su influencia neuro protectora en los procesos degenerativos. En particular, contrarresta el efecto oxidativo de la L-dopa sobre las neuronas dopaminérgicas y daño locomotor en el Parkinson.

La melatonina reduce el estrés oxidativo al disminuir la oxidación de lípidos y el daño a macromoléculas (proteínas, lípidos, ácidos nucleicos), promoviendo la expresión de enzimas antioxidantes clave como SOD, GPx y GSH, lo que limita aún más el daño provocado por los radicales libres. A veces, su potencial efecto antiinflamatorio se evidencia con la rápida mejoría de síntomas neurológicos asociados con la edad, como temblores, falta de coordinación, pérdida de memoria y disminución del rendimiento intelectual.

El papel de la melatonina endógena en los trastornos del ritmo circadiano y del sueño está bien documentado. Se ha informado que la melatonina puede ser beneficiosa en el cáncer de mama y cáncer de colon. Se sabe que la melatonina mejora la inmunidad y ciertos aspectos del envejecimiento, lo que podría ayudar en los trastornos del sueño y el agotamiento vespertino en pacientes con demencia neuro-metabólica.

La vida no sería posible sin Melatonina.

Su potencial acción antioxidante resulta útil en enfermedades donde el estrés oxidativo juega un papel en la fisiopatología.

Se sugiere considerar su uso clínico debido a sus múltiples efectos biológicos positivos.

La melatonina es un neurotransmisor producido principalmente por la glándula pineal, pero también presente en otros tejidos como el gastrointestinal.

Su nombre químico es N-acetil-5-metoxi-triptamina, un derivado de la serotonina que a su vez proviene del triptófano. Las enzimas responsables de su síntesis se activan y desactivan con la luz y la oscuridad, y su liberación sigue un ritmo circadiano regulado por los núcleos supraquiasmáticos en respuesta a la luz percibida.

A través de la secreción de Melatonina, la glándula pineal controla los ritmos biológicos del cuerpo.

La melatonina se destaca como una sustancia crono-biótica que regula los ritmos internos y coordina procesos críticos como la eliminación de la proteína Tau en el cerebro, la cicatrización y varias biomoléculas importantes como hormonas y neurotransmisores.

Cuando viajamos largas distancias a través de diferentes zonas horarias, es común experimentar problemas de sueño conocidos como jet lag.

La Melatonina es una hormona que puede ayudar a corregir estos trastornos del sueño, así como otros problemas como la confusión mental y la fatiga durante el día.

Tomar Melatonina en el lugar de destino entre las 8 y las 10 de la noche puede ser efectivo para contrarrestar los efectos del jet lag.

También se ha demostrado que la Melatonina es útil para tratar el insomnio, especialmente en el que las personas tienen dificultades para conciliar el sueño antes de las 2 o 3 de la mañana.

Se ha encontrado que dosis de Melatonina de entre 5 mg y 10 mg, tomadas a las 9 de la noche, adelantan el inicio del sueño en más de una hora y media, lo que mejora la calidad del sueño.

Un sueño de calidad se define por la cantidad de fases REM (movimientos oculares rápidos) durante el período de descanso.

Además, la Melatonina se utiliza para regular el sueño en personas con narcolepsia, un trastorno caracterizado por problemas graves en el ritmo circadiano y la falta de sueño REM.

Dosis más altas de Melatonina, alrededor de 50 mg, han demostrado aumentar significativamente el tiempo de sueño REM tanto en personas con narcolepsia como en personas sanas, y también intensifican los sueños.

La glándula pineal es la encargada de producir melatonina. Cuando esta glándula se extirpa mediante cirugía, se pueden observar cambios en los patrones de sueño REM.

La exposición a la luz cálida y tenue, que era común antes de la invención de la electricidad, no afecta la producción de Melatonina por parte de la glándula pineal.

Sin embargo, se cree que la contaminación lumínica, que es la prolongación artificial del día debido a las luces eléctricas, puede contribuir al aumento de la incidencia de cáncer en los últimos 120 años.

La Melatonina ha demostrado ser efectiva en mejorar la calidad del sueño en dosis que van desde 3 hasta 50 mg por día, acortando la fase de transición y aumentando la eficacia del sueño sin afectar significativamente la memoria, a diferencia de las benzodiazepinas.

Es especialmente útil en el tratamiento de trastornos graves del sueño en niños autistas y con hiperactividad excesiva o compromisos neurológicos, donde una dosis de 5 mg antes de dormir ha mostrado resultados positivos sin efectos secundarios.

La Melatonina también ha demostrado antagonizar varios efectos negativos de los corticoides exógenos, como la depresión del sistema inmunitario, el hipercatabolismo y la disminución de la temperatura corporal, sugiriendo un papel como factor antiadrenocortical en situaciones de estrés crónico. Esta conexión es importante dado que la hiperactividad crónica del cortisol está relacionada con diversas condiciones, desde envejecimiento hasta cáncer y disminución de la función inmunitaria.

Un exceso de cortisol en el cuerpo, puede desregular el ritmo natural del cuerpo conocido como ritmo circadiano.
Esto ocurre debido a la liberación excesiva de corticoides, que también puede ser perjudicial para la salud.

Normalmente, los niveles de corticoides son altos por la mañana y disminuyen gradualmente durante el día, alcanzando su punto más bajo por la noche.

La Melatonina es una hormona que puede ayudar a restablecer este ritmo endocrino crucial.

Cuando se administra en el momento adecuado, la Melatonina puede tener efectos beneficiosos a largo plazo. Se ha observado que la Melatonina ayuda a modular el sistema inmunitario y contrarrestar los efectos negativos del estrés en la salud.

La luz artificial, como la proveniente de las luces eléctricas, puede interferir con la producción de Melatonina durante la noche. Esto puede tener implicaciones para la salud, ya que se ha relacionado la supresión de la Melatonina con un mayor riesgo de cáncer.

Estudios de laboratorio han demostrado que la Melatonina puede reducir la incidencia de tumores en modelos experimentales.

Por otro lado, la extirpación quirúrgica de la glándula pineal, que produce Melatonina, puede aumentar el riesgo de varios tipos de cáncer. Por ejemplo, se ha observado un aumento en el crecimiento de cánceres como los de pulmón, hígado, ovario, hipófisis, próstata, melanoma y leucemia después de la extirpación de la glándula pineal. Esto sugiere que la Melatonina tiene un efecto protector contra el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.

La Melatonina puede ayudar a frenar el crecimiento del cáncer de mama dependiente del estrógeno al deprimir los receptores de estrógeno. Estudios en ratones han demostrado que su uso continuo reduce la frecuencia y tamaño de los tumores mamarios y sus metástasis pulmonares. Es crucial tomar la Melatonina en el momento adecuado para evitar estimular el crecimiento tumoral. Se sugiere suplementar con Melatonina de 10 a 50 mg por día a las 20 horas para potenciar la inmunoterapia contra las metástasis pulmonares. La Melatonina podría ser beneficiosa en las etapas tempranas del cáncer, complementando otros tratamientos estándar, siempre y cuando no interfiera con ellos.

La glándula pineal y su hormona, la Melatonina, desempeñan un papel crucial en la regulación del equilibrio del cuerpo (homeostasis) y la salud cerebral.

La Melatonina ayuda a sincronizar los ritmos cerebrales y previene convulsiones al estabilizar la actividad eléctrica del cerebro. Además, se ha demostrado que la Melatonina tiene efectos beneficiosos en trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad, así como en la protección del sistema nervioso central contra diversas enfermedades, como la epilepsia y el Parkinson.

Su capacidad para proteger las mitocondrias, los «centros de energía» de las células, sugiere un papel crucial en la salud celular en general.

La administración constante de Melatonina aumenta la longevidad máxima en experimentos animales.
Claramente la suplementación con Melatonina protege el cerebro, garantizar el sueño profundo y contribuye a la reparación del organismo demorando la senectud.

La Melatonina, conocida como la «hormona del sueño», ha demostrado ser segura incluso en dosis muy altas, sin efectos letales observados en estudios con animales de laboratorio.

Los efectos secundarios comunes son somnolencia, dolor de cabeza y malestar estomacal. Su administración debe ser cuidadosamente programada, ya que puede tener efectos diferentes según el momento del día.

La Melatonina desempeña un papel importante en la protección de las mitocondrias y tiene propiedades neuroprotectoras y anti-cancerígenas. Sin embargo, su producción puede ser afectada por la exposición a la luz artificial durante la noche, lo que se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer.

Es esencial que los profesionales de la salud supervisen su uso, ya que ninguna sustancia es completamente segura en todas las circunstancias.
El índice terapéutico de una sustancia es crucial para evaluar su seguridad y eficacia en el tratamiento de diversas afecciones.

●Sincronizar con el ritmo circadiano, despertando temprano con la luz del sol.

●No forzar el sueño (ir a dormir solos si se experimenta cansancio real).

●Realizar ejercicio físico muchas horas antes de dormir, en particular sesiones intensas, dado que el estímulo puede perturbar el sueño.

●Eliminar todos los estímulos 2 horas antes de la hora de ir a dormir.

●Evitar el alcohol desde las 4 P.M. en adelante y el cafe desde las 9 am.

●Dormir en una habitación con oscuridad absoluta, la temperatura suficientemente fria (18 a 22 C) y usar una manta pesada (oscuridad, frío y peso) han probado ser propiciadora del sueño.

●Anotar todas las preocupaciones en un cuaderno sacándolas de la cabeza.

●No irse a la cama con hambre. (comer de 3 a 2 horas antes de ir a dormir).

●Usar la cama únicamente para dormir y para la intimidad (no para comer, conversar, ver televisión, leer el periódico etc.) de esta manera el cerebro asocia la cama con un lugar para descansar y dormir.

●Tomar Melatonina al horario adecuado al caer el sol entre las 20 a 21 horas.