La autofagia es un proceso celular ancestral que actúa como mecanismo de limpieza y reciclaje dentro de las células. Funciona eliminando partes disfuncionales de la célula, como proteínas, mitocondrias, membrana celular y lipo-polisacáridos, especialmente cuando hay ausencia de nutrientes.

El ayuno prolongado activa este proceso de limpieza y reciclaje biológico, lo que sugiere que la autofagia es un mecanismo de supervivencia contra la hambruna. Además, se ha demostrado que la autofagia desempeña un papel crucial en mantener el equilibrio funcional en las células.

En una situación de hambruna real, después de agotarse las reservas de glucosa en el hígado, en los musculos y activar la quema de ácidos grasos, el cuerpo comienza a consumir partes prescindibles de sí mismo, como la grasa, proteínas envejecidas y orgánulos celulares defectuosos, para poder sobrevivir.

La primera observación es que durante el proceso de autofagia, las sustancias defectuosas o excedentes, menos vitales, como la lipo-fuscina atrapada en los tejidos, son las primeras en ser consumidas.

Cuando las células experimentan inanición, fomentan que varios orgánulos defectuosos, como los ribosomas sean devorados y reciclados después de un período prolongado de ayuno.

La autofagia es un mecanismo conservado a lo largo de la evolución como una estrategia de supervivencia.

Este proceso se logra mediante la acumulación de autofagosomas dentro de la célula, que luego se fusionan con lisosomas cargados de enzimas poderosas para formar vacuolas digestivas especiales llamadas auto-lisosomas.

Cuándo un organismo no recibe alimento durante un periodo suficientemente largo, “se come asimismo” es decir: utiliza su reservas energéticas del tejido de la grasa, grasa visceral y muscular para sobrevivir.

Al mismo tiempo a nivel microscópico la Autofagia Regenerativa describe un fascinante mecanismo intracelular de renovación y reciclaje de órganos deficientes, proteínas envejecidas y basura metabólica, implicado en la neurodegeneración y el cáncer.

El reciclaje de proteínas intracelulares, eliminación de orgánulos dañados, reducción en la formación de tumores, presentación antigénica, digestión de bacterias, apoptosis e incluso el desarrollo de órganos.

La autofagia regenerativa está al alcance de casi cualquier persona, siempre que no exista contra indicaciones (embarazo, índice corporal menor a 19, y niños).

●Renovación celular: La autofagia regenerativa permite a las células eliminar componentes celulares dañados o disfuncionales, lo que promueve la renovación y regeneración celular.

●Reparación de tejidos: Al eliminar partes celulares defectuosas, la autofagia contribuye a la reparación de tejidos dañados y al mantenimiento de la integridad de los órganos.

●Longevidad: Se ha relacionado la activación de la autofagia con una mayor longevidad, ya que ayuda a prevenir el acúmulo de componentes celulares dañados que pueden contribuir al envejecimiento.

●Protección contra enfermedades: La autofagia regenerativa ayuda a prevenir enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo, la inflamación y la acumulación de proteínas mal plegadas, como enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares y metabólicas.

●Adaptación al ayuno: La autofagia se activa durante el ayuno profundo permitiendo al cuerpo obtener energía de las reservas internas y adaptarse a la escasez de nutrientes.

Es muy sencillo: multiplicas el valor de las cetonas por 18 y divides por el valor de la glucosa. Para garantizar que estamos en franca cetosis debemos alcanzar un valor de ratio mayor a 0.4.

El propósito del ayuno debe ser claro y trascendental, dejando una intención definida como puede ser querer alejarse de la primera, segunda y tercera causa de muerte en el mundo y alcanzar la salud óptima.

Es crucial preparar el cuerpo, comenzando por reducir los carbohidratos y aumentar el consumo de grasas saludables. Introducir nutrientes esenciales como vitaminas es fundamental.

Antes de iniciar el ayuno, es importante equilibrar las hormonas y suprimir el hambre celular mediante la práctica ancestral de una nutrición real con alimentos de alto valor biológico, complementados con suplementos vitamínicos. Posteriormente, es fundamental contar con un equipo para monitorear y seguir de cerca los valores de glucosa, cetonas y otras medidas que se obtengan diariamente durante el ayuno.

Es crucial planificar el momento para practicar el ayuno de manera adecuada. Es importante comprender que se puede llevar una vida cotidiana normal durante este período, a menos que se realicen trabajos físicamente exigentes, como los de fuerza. En esos casos, es recomendable evitar el consumo de músculo durante esfuerzos intensos.

Por lo tanto, se aconseja realizar el ayuno en momentos de menor actividad física, como por ejemplo, si se trabaja en tareas administrativas donde no se requiere esfuerzos físicos. Se sugiere hacer ejercicios de respiración profunda y consciente. Esta técnica ayuda a relajar el sistema nervioso y a reducir el estrés causado por el exceso de cortisol. Además, se sugiere realizar actividades relajantes como tomar una ducha tibia, dar un paseo al aire libre o escribir en un diario para registrar los pensamientos y las sensaciones del cuerpo durante el ayuno.

En el caso de un ayuno prolongado, aproximadamente al tercer día, se realiza una limpieza del colon.

Cuando paras de comer, el intestino deja de realizar sus funciones digestivas, lo que causa una acumulación de materia fecal. Para evitar la reabsorción de toxinas, se recomienda hacer una limpieza con agua tibia de aproximadamente 1000 mililitros para movilizar las heces retenidas en el colon.

Durante el ayuno, es importante monitorear medidas como la presión arterial, el tiempo de apnea, la circunferencia de la cintura, el peso, el índice de masa corporal, así como los niveles de glucosa y cetonas en sangre. Estos datos nos ayudan a determinar el momento en el que entramos en cetosis y, por lo tanto, en la regeneración autofágica, un proceso clave para la salud metabólica.

Todo lo que se puede medir se puede mejorar, por eso al prepararnos para un ayuno profundo, es crucial tener a mano las mediciones que nos informarán sobre nuestro metabolismo.

Durante el ayuno, observamos cómo podemos cambiar de glucosis a cetosis con solo decidir no comer por unos días.

● Al despertar en la mañana, durante el ayuno, la temperatura corporal tiende a ser más baja debido a la desaceleración del metabolismo, lo mismo ocurre con la frecuencia cardíaca y la presión arterial..

● La capacidad de retener el aire al despertar (apnea) aumenta a medida que disminuye el número de mitocondrias disfuncionales con el tiempo de ayuno.

●Es esencial medir la glucosa y la cetonas en sangre, ya que vemos cómo disminuye progresivamente la glucosa, mientras que las cetonas aumentan, lo cual se verifica con un monitor específico.

● También se registra el peso, la circunferencia de la cintura y se calcula el índice de masa corporal. Es fascinante observar cómo estas medidas disminuyen notablemente con cada día de ayuno.

El movimiento de nuestro sistema digestivo está regulado por la entrada de alimentos al estómago y luego al intestino. Este movimiento, conocido como peristaltismo, se realiza mediante ondas contráctiles desde el intestino delgado hasta el recto.

Cuando pasan varias horas sin comer, las señales mecánicas y químicas que normalmente activan el intestino se detienen, lo que resulta en un cese del tránsito intestinal.

Durante el ayuno prolongado, los órganos digestivos entran en un estado de reposo, lo que significa que la limpieza del intestino inferior se vuelve esencial después del tercer o cuarto día con enemas o irrigaciones.

Estas prácticas deberían ser supervisadas por un médico, ya que los ayunos profundos y la nutrición celular son conceptos alejados de la corriente médica convencional que tiende a recetar medicamentos en lugar de promover este tipo de enfoques.

Es importante destacar que, en ayunos superiores a tres o cuatro días, se recomienda irrigar el intestino grueso con agua filtrada utilizando una cánula rectal adecuada, en varias ocasiones antes de la caída de la noche.

Las limpiezas colónicas son esenciales cuando el ayuno se prolonga más de tres días, ya que evitan la reabsorción de desechos que pueden acumularse debido a la falta de movimiento en el intestino grueso. Especialmente en personas con alta toxicidad acumulada en sus tejidos grasos o que han recibido quimioterapia. La limpieza regular del colon es crucial para eliminar de manera efectiva los desechos tóxicos.

La técnica de lavado de intestinal es simple y consiste en tres rondas sucesivas de irrigación con agua filtrada a temperatura ambiente.

Es importante tener precaución al suspender medicamentos como antidepresivos o corticoides de manera abrupta, ya que esto puede causar desequilibrios significativos. Cualquier ajuste en la medicación debe ser realizado bajo la supervisión del médico de cabecera, incluidos los anticoagulantes, suplementos de hormona tiroidea y antihipertensivos, para garantizar una corrección controlada.

Es importante destacar que los malestares, síntomas y cambios de humor asociados con el inicio del ayuno generalmente no requieren medicación.

Regresar a una alimentación adecuada debe ser un proceso gradual y consciente, en lugar de un atracon.

Es crucial prestar atención a las primeras horas después de un período de ayuno, ya que consumir alimentos de forma descontrolada puede ser extremadamente peligroso.

Se recomienda comenzar este retorno con calma, por ejemplo, tomando una taza de caldo de gallina, huevo y mantequilla. Este caldo, que contiene una combinación de grasas y proteínas, permite que el sistema digestivo se reajuste gradualmente a su funcionamiento normal.

Es importante destacar que el caldo no debe subestimarse en términos de valor nutricional, aunque parezca ser solo un líquido transparente.

Cada taza de caldo caliente aporta una cantidad significativa de proteínas y grasas, lo que ayuda a reiniciar eficazmente el funcionamiento del estómago, intestino delgado, hígado, vesícula biliar, páncreas e intestino grueso.

Es normal experimentar un aumento en la actividad del corazón y del peristaltismo intestinal con una leve deposición liquida al consumir el caldo con regularidad, aproximadamente cada hora.

Este proceso gradual marca un cambio en la actividad metabólica del cuerpo, de un estado de hibernación a una fase de activación.

Con el paso del tiempo, a medida que avanzan las horas de tomar caldo, que pueden durar hasta 12 o 16 horas con periodos de sueño intercalados, es apropiado introducir alimentos más sustanciosos y fáciles de digerir.

Optar por consumir alimentos en forma de sopas resulta más beneficioso que otras presentaciones.

Durante el ayuno prolongado, se puede realizar la actividad cotidiana en la mayoría de las profesiones que no requieran esfuerzo físico constante.

Es importante tener en cuenta que el ayuno con agua demanda más descanso físico para evitar un exceso de catabolismo (consumo de musculo) y favorecer la quema de grasa visceral.

Sin embargo, al inicio del proceso, realizar breves estímulos musculares con pesas puede ser útil para comunicar al cuerpo que es importante preservar la masa muscular.

Los ayunos prolongados pueden rejuvenecer las células musculares y mantener la fuerza muscular durante más tiempo.

Es relevante destacar que, a pesar de la pérdida de masa corporal durante el ayuno profundo, la fuerza muscular se mantiene sin cambios significativos.

●Este estilo de vida los mantuvo libres de enfermedades degenerativas, ya que los cuerpos cetónicos producidos durante la cetosis provenían de las reservas de grasa y tenían efectos antiinflamatorios y de reparación celular profunda.

●Sin embargo, el hombre moderno, que pasa la mayor parte del tiempo alimentándose y en un constante estado de glucólisis, enfrenta una epidemia de «dia-besidad» debido a la exposición crónica a altos niveles de glucosa en sangre. Esto puede conducir a enfermedades degenerativas como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, enfermedades autoinmunes, demencias y cáncer.

●La propuesta de salud es adoptar restricciones voluntarias y programadas, como el ayuno prolongado para llevar al organismo a un estado de limpieza celular profunda.

●El ayuno implica períodos prolongados, de al menos 36 horas para algunos individuos, hasta 96 horas según el fenotipo, con el objetivo de reparar el organismo en su totalidad y no solo para perder peso.

● Es importante preparar los ayunos con cuidado y consultar con un profesional de la salud.

https://www.ernestoprietogratacos.com/post/longevidad-maxima-e-intensidad-metabolica

https://www.ernestoprietogratacos.com/post/nutricion-intermitente

https://www.ernestoprietogratacos.com/post/autofagia-reciclando-lo-que-sobra.

Libro: Ayuno Profundo: Ernesto Prieto Gratacós

● ¿Estarías dispuesto a poner esta práctica regenerativa en tus hábitos de vida?

●¿Crees que la práctica del ayuno sería una de las respuestas a muchos de los problemas de salud en la vida moderna?

● ¿Cuáles son tus objetivos de salud y bienestar a corto y largo plazo?

Es importante consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier programa de ayuno. Comienza despacio y aumenta gradualmente, prueba primero con 36 horas, después 48 horas y después 72. Escucha a tu cuerpo y dale periodos de limpieza de forma periódica.