Hace millones de años, nuestros antepasados vivían en un mundo muy diferente, con cambios climáticos extremos y amenazas constantes de depredadores. Su estilo de vida los mantenía libres de enfermedades degenerativas, ya que alternaban entre comer, ayunar y realizar fuertes demandas físicas, lo que llevaba a su cuerpo a dos estados metabólicos: Glucosis (quema de azúcar) cuando comían y otro Cetosis (quema de grasas) cuando no comían. Hoy en la vida moderna estamos constantemente en estado de glucosis y sedentarios lo que nos lleva a la hiper-glucosis y nos aleja del estado de quema de grasas. Esta es la receta perfecta para la diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas, cáncer etc.

El ayuno prolongado es cuando pasas un período de tiempo sin comer (más allá de 36 horas) lo suficiente para que tu cuerpo agote sus reservas de energía almacenadas, como el glucógeno en el hígado y los músculos, y utilice la grasa como fuente principal de energía. En este proceso suben las cetonas y baja la glucosa. Estar en cetonemia nos lleva a la activación de un proceso llamado autofagia, (proceso que se da más allá de 36 horas de inanición) que es cuando las células reciclan y reparan partes de sí mismas, lo que tiene beneficio total para la salud.»

Vivir comiendo constantemente y en exceso expone nuestro cuerpo a niveles elevados de azúcar en la sangre, viviendo constantemente en hiper-glucosis lo que daña a nuestras células y lleva al desarrollo de enfermedades crónicas.

Este estado crónico de hiper-glucosis, conocido como «Dia-besidad» (combinación entre diabetes y obesidad) es el resultado de consumir alimentos ricos en calorías (llenos de azucares) pero pobres en nutrientes, (vitaminas) es lo que deja a nuestro cuerpo desnutrido y expuesto a graves problemas de salud.

La práctica del ayuno tiene una historia ancestral que se remonta a civilizaciones antiguas en diversas partes del mundo. El ayuno ha sido practicado desde tiempos remotos por diversas culturas y civilizaciones, incluyendo a los egipcios, griegos, romanos, hindúes y chinos. Estas culturas a menudo vinculaban el ayuno con prácticas espirituales, religiosas y de purificación.

En muchas religiones, el ayuno es considerado una forma de purificación espiritual y una forma de acercarse a lo divino. Por ejemplo, el ayuno durante el mes de Ramadán en el Islam, el Yom Kippur en el judaísmo y la Cuaresma en el cristianismo son ejemplos de esta práctica.

Además de sus connotaciones religiosas y espirituales, el ayuno también ha sido utilizado históricamente con fines terapéuticos y de salud. Antiguos médicos griegos como Hipócrates y filósofos como Platón mencionaban el ayuno como una herramienta para la curación y la prevención de enfermedades.

En muchas culturas, el ayuno también ha sido parte de prácticas tradicionales relacionadas con la salud y el bienestar. Por ejemplo, en la medicina ayurvédica de la India, el ayuno se ha utilizado durante siglos como parte de un enfoque holístico para mantener la salud. En tiempos modernos, el ayuno ha ganado interés renovado debido a investigaciones científicas que sugieren sus posibles beneficios para la salud, como la pérdida de peso, la mejora de la salud metabólica y la longevidad. Esto ha llevado a un resurgimiento en la popularidad del ayuno en diversas formas, incluyendo el ayuno intermitente y el ayuno prolongado, tanto por razones de salud como de estilo de vida.

Desde la medicina biológica definimos el ayuno prolongado como la cantidad suficiente de días sin comer que permiten vaciar las reservas de azúcar en el hígado y músculos, activar el uso de grasa como fuente de energia. Esto requiere más allá de 36 horas, y en algunas personas requiere más horas según su nivel de daño metabólico. Personas muy obesas pueden llegar a requerir más 72 horas de ayuno.

Cuando se agotan las reservas de glucógeno en el hígado y los músculos, se accede finalmente a la grasa almacenada. En este punto, el cuerpo entra en un estado metabólico distinto en el cual las células dejan de utilizar glucosa y comienzan a usar cetonas.

En cambio el Ayuno Intermitente lo definimos como una pausa digestiva.

Nota: Esta pausa NO es suficiente para alcanzar la cetonas en sangre.

Hay varias modalidades, como:

●16/8: No Comer durante 16 horas al día y tener una ventana de alimentación de 8 horas.

●Parada digestiva 5:2: Comer normalmente durante cinco días a la semana y restringir la ingesta a alrededor de 500-600 calorías en dos días de pausa no consecutivos.

●Pausa de 24 horas: Dejar de comer durante 24 horas completas una o dos veces por semana, desde la cena hasta la cena del día siguiente.

●Pausa en días alternos: Alternar días de muy poca comida o nada en absoluto con días de alimentación normal.

Incluso al seguir una nutrición sin carbohidratos durante semanas, meses o incluso años, pero que aporte más calorías de las que el individuo consume diariamente, NO logrará reducir los niveles de glucosa en sangre por debajo de 80 mg/dL, ni mucho menos activar el uso de ácidos grasos de reserva.

La razón de esto es, naturalmente, la gluconeogénesis (o la producción de glucosa a partir de grasas y ciertos aminoácidos), conocida como síntesis de Novo, esta constante creación de glucosa por el hígado simplemente mantiene muy por debajo a las cetonas.

En adultos con una función hepática saludable, la formación de azúcar en el hígado compensa las variaciones en los niveles de glucosa en sangre, evitando que desciendan por debajo de 80 mg/dL. Este proceso hepático se mantiene incluso en una dieta completamente carente de carbohidratos.

En resumen: Mientras ingrese asi sea solo grasa o proteínas, el hígado tomará estos sustratos y los convertirá en glucosa, lo cual mantendrá llenas las reservas de azúcar en hígado y musculo negado la posibilidad al hígado de crear cetonas a partir de la grasa en vez de eso forma glucosa.

Uno de los objetivos de practicar el ayuno profundo es cambiar la proporción de glucosa a cetonas en la sangre. Esto significa que se quiere reducir la glucosa y aumentar las cetonas en la sangre, idealmente por un factor de al menos 0.4 o más.

Esta transición de usar glucosa a usar cetonas es beneficiosa para tratar enfermedades infecciosas y tumorales.

La razón principal es que las bacterias invasoras y las células tumorales tienen un metabolismo anaeróbico, es decir, no usan oxígeno pero si glucosa, lo que se denomina fermentación. En cambio las células sanas tienen un metabolismo aeróbico (usan oxigeno) conocido como respiración celular.

Al practicar el ayuno prolongado cortamos con el suministro de glucosa a las células tumorales y a los microorganismos invasores, evitando su crecimiento y replicación.

Otra buena noticia es que estas células malas no pueden usar cetonas, en cambio las células sanas si, con lo cual tenemos la posibilidad de estrangular al tumor y las bacterias de hambre, sin hacerle daño a la vez a las células sanas.

Tanto la cetosis como la glucosis son estados fisiológicamente necesarios para la supervivencia y la reproducción, pero no pueden ocurrir simultáneamente.

Se puede comparar a las mareas: La marea baja representa la cetosis, un estado de hibernación, detención de replicación celular y limpieza celular profunda.
Por otro lado, la marea alta representa la glucosis, un estado de replicación y crecimiento celular. Estos estados se suceden cíclicamente, dando lugar a funciones igualmente esenciales pero completamente opuestas.

Recordemos: Que el combustible dominante de las células cancerosas y las bacterias dañinas es la glucosis fermentativa (células que usan azúcar para sobre vivir).

Hay una buena noticia: Las enfermedades no pueden extraer energía cuando estamos en cetosis, de manera que la cetosis franca dificulta la progresión de la enfermedad al tiempo que sostiene nutricionalmente a las demás células sanas.

Vivir en cetosis no es compatible con la vida. Este estado no puede sostenerse indefinidamente, porque la cetosis ocurre a expensas primero de la grasa reservada y mientras que pasan los días sin comer empieza a usarse otros tejidos corporales como el músculo. Es por eso que no es posible vivir en cetosis, experimentaríamos una falla multiorganica y después la muerte. La propuesta es ir y venir, entre cetosis y glucosis, este es el equilibrio de la vida.

En la actualidad vivimos constantemente en estado de glucosis sin retornar jamas a la cetosis. Vivimos prácticamente nuestra vida entera en estado de hiper-glucosis. Vivir permanente en este estado tiene destructivos efectos en todos los órganos vitales.

Tan grande puede ser la presencia de azúcar en la sangre de las personas modernas que nuestros propios riñones comienzan a eliminar el azúcar sobrante a través de la orina y con ello arrastrando también la poca vitamina c que tenemos propiciando a la vez el Escorbuto (enfermedad causada por ausencia de vitamina C).

En cantidades excesivas de azúcar en sangre la glucosa deja de comportarse como un nutriente para convertirse en un tóxico. Es por eso que alcanzar la cetosis de manera periódica es un seguro de vida contra enfermedades degenerativas.

LOS BENEFICIOS DE LA CETOSIS SON:

●Mayor quema de grasas: La cetosis promueve la oxidación de las grasas almacenadas en el cuerpo, lo que lleva a una pérdida de peso más efectiva.

●Reducción de la inflamación: La cetosis ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo, lo que es beneficioso para la salud en general y para el alivio de condiciones inflamatorias crónicas.

●Mejora de la salud metabólica: La cetosis mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, lo que es beneficioso para personas con resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 u otros problemas metabólicos.

●Mayor claridad mental y energía: Muchas personas experimentan una mayor claridad mental y niveles de energía estables cuando están en cetosis, lo que puede mejorar el enfoque y la productividad durante el ayuno prolongado.

●Regulación del apetito: La cetosis puede ayudar a reducir los niveles de grelina, la hormona del hambre, lo que puede hacer que sea más fácil mantenerse en un estado de ayuno durante un período prolongado sin experimentar hambre intensa.

●Apoyo a la longevidad y la salud celular: Algunos estudios sugieren que la cetosis puede activar vías metabólicas que promueven la longevidad y la salud celular, aunque se necesita más investigación para comprender completamente estos mecanismos.

●Protección contra células tumorales La cetosis, es un estado metabólico en el que el cuerpo utiliza cetonas en lugar de glucosa como fuente principal de energía, puede ofrecer protección contra tumores y cáncer al limitar el suministro de glucosa a las células cancerosas, dificultando su crecimiento descontrolado.

https://www.ernestoprietogratacos.com/post/longevidad-maxima-e-intensidad-metabolica

https://www.ernestoprietogratacos.com/post/nutricion-intermitente

https://www.ernestoprietogratacos.com/post/autofagia-reciclando-lo-que-sobra.

Libro: Ayuno Profundo: Ernesto Prieto Gratacós

● ¿Estarías dispuesto a poner esta práctica regenerativa en tus hábitos de vida?

●¿Crees que la práctica del ayuno sería una de las respuestas a muchos de los problemas de salud en la vida moderna?

● ¿Cuáles son tus objetivos de salud y bienestar a corto y largo plazo?

Es importante consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier programa de ayuno. Comienza despacio y aumenta gradualmente, prueba primero con 36 horas, después 48 horas y después 72. Escucha a tu cuerpo y dale periodos de limpieza de forma periódica.